Más allá de su capacidad fotosensible, los últimos estudios científicos insisten en que la glándula pineal es también un magnetorreceptor, es decir, resulta sensible a los campos magnéticos y transforma sus ondas en estímulos neuroquímicos.
Puesto que todas las funciones del organismo pueden ser reducidas en último término a reacciones e interacciones fisicoquímicas, todas las células poseen un campo magnético con dos polos, positivo y negativo, que forman parte de campos más extensos en los tejidos a los que pertenecen. El cuerpo se encuentra en equilibrio gracias a la presencia de campos de signo opuesto: el cerebro y el sistema nervioso central poseen una polaridad positiva, mientras que los órganos y tejidos periféricos poseen polaridad negativa.
Recientemente se ha descubierto que la glándula pineal, situada aproximadamente en el centro del cerebro contiene en su interior cristales de magnetita. Esta glándula, a través de la producción de la hormona llamada melatonina, controla gran parte de las funciones metabólicas del organismo.
Dado que la glándula pineal es un órgano magnético, está influido por los cambios diarios del campo magnético terrestre, y puede ser modulado con magnetismo externo.
Ponente: Felipe santiago Granado
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